miércoles, 11 de mayo de 2011
JJ habló 18 minutos con el plantel sin mencionar la palabra “Promoción”.
Busca un mensaje a lo Labruna y, lejos de negar la realidad, intenta motivar a la tropa.
"Dios quiera que con algún mensaje, o con alguna palabra, les pueda transmitir a los jugadores lo mismo que Labruna nos transmitía en la previa de los superclásicos”.
Se había ido Cappa y era interino. River estaba en Promoción, a la misma altura que Gimnasia, a seis puntos de Huracán, a 10 de Tigre, a 15 de Arsenal y a 17 de Independiente. Se venía Boca. Ya se había autoproclamado “soldado de Passarella”... Juan José López volvía a ser tapa de los diarios.
Seis meses después, con un River a la medida de JJ que sumó 35 puntos en 19 fechas pero que mantiene la soga de la Promoción cerca del cuello, el entrenador empezó a jugar esa previa. A lo Angelito... Labruna, por supuesto.
“Este es un partido que se mira en todo el mundo y que al jugador lo marca con el público. Es una semana especial y a cualquier jugador de fútbol le gustaría en el lugar que están ustedes. Por eso, disfruten el clásico”, le dijo López a su plantilla antes del primer entrenamiento de esa “semana especial”.
Fueron 18 minutos de una charla franca y en la que no se mencionó la palabra “Promoción”. Y no es que no se haya utilizado para negar la realidad, porque Jota Jota la usó como se usa cualquier objeto cotidiano desde que dejó se ser coordinador de las Inferiores y empezó a hablar de “contracción al trabajo” y “son todas finales”. El técnico prefirió no alimentar de presiones a un contexto cargado de obligaciones. Y disfrutar no significa regalar el partido. Disfrutar, en el idioma JJ, también es respetar el momento, ser profesionales y actuar en consecuencia. Entender lo que se juegan y contra quién lo juegan.
En noviembre, cuando tenía que reconquistar a un público que lo miraba de reojo por su paso por el enemigo, primero dijo que tenía la camiseta de River en la piel, después aviso que al superclásico tenían que jugarlo con el corazón más caliente que nunca y por último chicaneó con que se enfrentaban el más grande y un grande. Ahora, ya empezó a jugar su partido esperando un final idéntico al anterior.
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