miércoles, 25 de mayo de 2011

River llega a los 110 envuelto en problemas:


A horas de un partido crucial, con el equipo en Promo y Carrizo en el ojo de la tormenta, Fillol renunció por el desaire de JP y enrareció aún más un clima espeso.

Passarella le pide la renuncia a Grondona casi al mismo tiempo que también le manguea plata para tapar los agujeros que pensaba llenar con el fideicomiso que por ahora sigue en trámite. A cuatro fechas del final de la temporada, el equipo está en Promoción y todo River teme porque tiene que ir a jugarse la vida contra ¡Olimpo! en Bahía Blanca. En el momento más crítico de la historia, los hinchas sufren por un error del mejor arquero de los últimos años y, han cantado bingo, el entrenador de arqueros se mira el ombligo y renuncia.

“Para descomprimir”, intenta justificar una decisión que provoca el efecto contrario, una nueva explosión en Núñez. Y no de fuegos artificiales por 110 años de gloria pasada. Con tantos problemas, no hay ánimo para inflar globos ni armar la piñata. Si ni siquiera la caravana se pudo organizar por temor a que sea la excusa perfecta para que la interna de los barras se reavivara...

Y si algo le faltaba a este River para completar un panorama bien oscuro, era una renuncia como la del Pato Fillol. Tras que la fiestita de cumpleaños venía con pocas guirnaldas y papel picado, la torta se cayó al piso. Aunque no es sustancial la influencia de un entrenador de arqueros en el cuerpo técnico, el peso propio del personaje hace que su decisión tenga una resonancia mayor. Fillol dijo sentirse “humillado” por el desaire de Carrizo el domingo, una actitud que “sólo podría perdonarle a mi hijo”, y eso lo llevó a pegar el portazo.

El lunes se fue a San Miguel del Monte, leyó y borró el mensaje de texto que JP le envió para pedirle disculpas y luego atendió el llamado de Jota Jota para convocarlo a un reunión con Passarella y Pitarch. Recorrió rápido esos 110 kilómetros hasta Núñez para mostrar su disgusto. Sus ahora ex compañeros de cuerpo técnico y el propio Kaiser le bajaron los decibeles a quien, incluso, sugirió que Carrizo no debía atajar ante Olimpo. Pero la sorpresa mayor se dio ayer por la mañana. El Pato comunicó la renuncia en su web personal y generó un conflicto innecesario.

“Pensábamos que estaba en Ezeiza con la Reserva”, contó Ferrero parte de lo que pasa por la cabeza de los jugadores. Lo que no quiso decir el zaguero, y que Almeyda dibujó con otras palabras (ver pág. 6), fue que al plantel le cayó pésimo la actitud del Pato. “Justo en este momento lo que menos necesitamos es un quilombo más. Y encima con algo que no era para tanto. Juan estaba caliente en ese momento y al día siguiente ya se había disculpado”, fue el pensamiento repetido en off.

Al llegar a Chaco con la Selección, el propio Carrizo, sorprendido por la noticia, repitió que volverá a llamar a Fillol, aunque para el arquero campeón del mundo no hay vuelta atrás. El Pato pidió volver a cumplir funciones en Inferiores y Passarella le respondió con un comunicado planteando un “compás de espera de 10 días”. Sí, 10 días. 110 años. Y 1.100.000 conflictos seguidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario