José María Aguilar envió una carta a diferentes medios de comunicación, la misma que le mandó a Daniel Passarella, como réplica al comunicado oficial de la semana pasada:
“Nos dirigimos a ud., en nuestro carácter de abogados apoderados de JOSÉ MARÍA AGUILAR, poniendo a vuestra disposición el respectivo instrumento en el cuál consta el mandato; circunstancia que además conoce por haber nosotros ya participado en tal calidad en mediaciones entre las partes. Siguiendo expresas directrices de nuestro poderdante, y con relación a sus declaraciones periodísticas, nuestro mandante considera que con las mismas, usted pretende desviar la atención de su ostensible responsabilidad como dirigente en el más grande fracaso deportivo de la historia del club, no vacilando en lanzar acusaciones injuriosas y calumniosas hacia la persona de nuestro representado, que por nuestro intermedio le hace saber lo siguiente. Queda legalmente intimado a que en el plazo de 24 horas proceda a rectificar sus dichos; aclarando la cuestión por las mismas vías en que profirió las expresiones que se consideran agraviantes para con el honor de nuestro representado, calificando al doctor Aguilar, entre otras cosas, de “chorro”. De lo contrario, tenemos instrucciones de promover de inmediato, las respectivas acciones judiciales en el ámbito penal y civil contra su persona.
Asimismo, y en función de la evidente mala fe que se desprende del tendencioso e inexacto texto del “comunicado del club”, pretendiendo presentar como novedosas, cuestiones que desde hace largo tiempo se ventilan en sede judicial, y que involucran a nuestro instituyente, con el claro designio de eludir la clara responsabilidad que le cabe como presidente del club en el descenso del equipo de fútbol profesional a la divisional B; le comunicamos que es decisión de nuestro mandante promover acción por daños y perjuicios contra usted, a mérito del daño causado.
Resultando atinente a todo el entuerto por usted ocasionado, el doctor José María Aguilar, le propone formalmente un debate público, sobre tópicos relevantes y relacionados con ambas partes, v.gr, realidad política social y deportiva del C.A.R.P. durante las gestiones anteriores y la actual; cumplimiento estatutario por parte de las autoridades; desempeño y responsabilidad dirigencial sobre las decisiones, sus consecuencias económicas y efectos de la judicialización de la política; trascendencia del asesoramiento jurídico de la institución, cumplimiento estatutario e incompatibilidades éticas y legales; observancia de los derechos laborales de los empleados del club, y consecuencias económicas; radicaciones de cuentas en el exterior; responsabilidad por las denuncias falsas; cumplimientos de los compromisos contractuales; legislación y repaso jurisprudencial del delito de contrabando.
Por supuesto que la agenda queda abierta a cualquier otra temática procedente y de interés para las partes, los socios y los simpatizantes de River.
Finalmente, se lo responsabiliza en forma personal por las consecuencias jurídicas y económicas que deriven de las acciones judiciales en las que ha embarcado al C.A.R.P., jurídicamente improponibles desde un inicio; en la medida que el temerario y malicioso temperamento asumido, coloca al club en una situación de concreto y mensurable riesgo, a partir de su actitud. Igual temperamento se adoptará respecto de los demás dirigentes que avalen conductas incompatibles con la correcta administración de bienes ajenos”.
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