lunes, 4 de julio de 2011
Passarella está más solo que nunca
Daniel Passarella sigue viviendo horas complicadas al frente a River, pese a que ya haya pasado más de una semana de la concreción del descenso deportivo de la institución a la Segunda División del fútbol local. Las críticas aparecen desde todos los sectores vinculados al club "millonario" y los líderes Antonio Caselli y Rodolfo D´Onofrio, ex candidatos a mandatarios en las últimas votaciones, siguen pidiendo el llamado a los comicios para cambiar la imagen de la entidad de Núñez, aunque de manera antidemocrática. Incluso algunos vocales le habrían soltado la mano de cara al futuro. Enterate qué tiene que pasar para que se adelanten las elecciones
Crédito foto: NA
Ya pasaron ocho días de la nefasta tarde para el Club Atlético River Plate, en la que empató por 1 a 1 con Belgrano de Córdoba y quedó condenado al primer descenso en 110 años de historia. Luego se desencadenaron graves incidentes que precipitaron en notables destrozos en las instalaciones del estadio "Monumental" y en los hogares y comercios aledaños. Además, se comprobó que el árbitro Sergio Pezzotta fue amedrentado por barrabravas en el entretiempo y todavía se aguardan las sanciones correspondientes que recaerán sobre la institución.
Por todas estas razones, la vida social del club se agitó por completo y el principal "damnificado" fue Daniel Alberto Passarella, el mandamás del "Millonario". Una vez que se definió la pérdida de la categoría, fue el blanco número uno de las critícas, junto a José María Aguilar, por parte de todos los socios, simpatizantes y sectores políticos minoritarios.
"Passarella nos mitió a todos", disparó Antonio Caselli. "Yo no hubiera llegado a esto, Passarella debe cambiar", manifestó Alfredo Davicce. "Tiene que dar un paso al costado por el bien de la institución", pidió Norberto Alonso. "Demostró ser un incapaz, arrogante y soberbio", expresó Matías Patanian. "No tiene capacidad ni equipo para gobernar", continuó Carlos Ávila. "Me dio vergüenza ajena escuchar sus palabras", confió Héctor Cavallero. Después aparecieron afiches que cuestionaban su honorabilidad.
El presidente decidió salir a hablar, primero en una entrevista radial, y luego en el piso del canal C5N. Allí se desligó de las principales responsabilidades y había avisado que "no me voy, de acá me sacan con las patas para adelante". Su domicilio debió recibir refuerzos policiales para prevenir cualquier evento u hecho vandálico.
Tomó rápidamente la resolución de designar a Matías Almeyda como entrenador del primer equipo y en cuanto empezó a delinear el armado del plantel para la temporada que se avecina, chocó inmediatamente con Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez, con ex futbolistas de River que pidieron públicamente volver para ayudar en este difícil momento. Si bien ambos delanteros habían declarado en contra del "Kaiser", finalmente hubo un "manto de piedad" desde las partes y los acuerdos estarían cerca de arreglarse. Pero eso sería lo único positivo.
La presidente Cristina Fernández de Kirchner le negó la audiencia que había solicitado ante los medios, "para ver cómo podemos arreglar esto". Una durísima negativa que fue como un cachetazo para un hombre que también conoce que varios de los vocales que estaban de su lado se habrían comenzado a dar vuelta y ya no lo apoyarían como antes.
Sin embargo, el pedido de elecciones anticipadas es totalmente antidemocrático y para que eso ocurra deberían ocurrir dos cuestiones que están marcadas dentro del estatuto; la primera sería la renuncia de todos los vocales de la Comisión Directiva (son 16) y también un número de los suplentes, punto que habría que descartarlo desde un primer momento. Y segundo, la solicitud de votaciones por parte de 20 miembros de la CD y luego ratificado por el 70 por ciento de los representantes de socios.
Si alguna de estas dos opciones avanzara, se elevará un pedido a la Inspección General de Justicia para que de avales y arbitre los medios necesarios para que se genere un nuevo proceso electoral. Luego continuarían una larga serie de pasos burocráticos que demandarían, como mínimo, unos tres meses de tiempo.
Dificultades, complicaciones y un futuro para nada claro. Daniel Passarella permanecerá al frente decidiendo los destinos de River pero perdió gran parte del apoyo de los socios y de los integrantes de la política. Las internas están a la orden del día. En el medio, un equipo a la deriva que debe armarse urgente para afrontar un torneo por demás exigente, y que comenzará el jueves 4 de agosto.
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