lunes, 21 de febrero de 2011

“Es raro porque me ovacionaron sin que hiciera goles”, dijo el 7 asistidor.


Hay amor entre Pavone y la gente de River. Es genuino y se revalida domingo tras domingo. Ayer el Tanque no hizo goles, pero no importó para el caso, la gente lo reconoció igual. Después de las asistencias calibradas a Lamela primero y a Ferrari después, el único punta de River ganó una pelota por derecha, desbordó a todo pulmón con una bicicleta incluida y tiró el centro. Fue el detonante para la ovación atronadora: “¡Pavooone, Pavooone!” sonó con varios bises. “Es muy lindo que me ovacionen, ya me había pasado contra Racing y Boca. Es raro porque me ovacionaron sin que hiciera goles. Los delanteros en general son reconocidos así por sus goles, pero en este caso creo que fue por el esfuerzo”, dijo Mariano.

Aquella jugada en la que se ganó la ovación fue también una buena síntesis de lo que le aporta Pavone a este River: sacrificio y técnica. Esa técnica con la que a los 44 minutos del primer tiempo asistió a Lanzini para dejarlo de cara al gol. El palo dijo que no, pero la gente registró el aporte del Tanque. “Hoy me tocó ser asistidor, así que me voy contento por eso. Igual, yo soy delantero y, obvio, siempre me gusta hacer goles. Pero lo importante es que nos llevamos tres puntos claves y merecidamente. Hicimos las cosas que nos pidió JJ y no nos desesperamos en ningún momento”, cerró el Tanque, todavía con el “¡Pavooone, Pavooone!” resonando en su cabeza.

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