viernes, 25 de febrero de 2011

JJ López se enojó por el flojo nivel en la práctica y la suspendió.


Enérgico, les habló con dureza a los jugadores, que se sorprendieron y acataron en silencio.

"Vengan, vengan para acá... Pero vengan todos, eh”. Juan José López ya había digerido un flojísimo primer tiempo entre los titulares y los suplentes: media hora de un aburrido 0 a 0 casi sin llegadas a los arcos. Un ensayo táctico para el bostezo, apenas matizado por un remate de Juan Manuel Díaz que tapó Marinelli y un mano a mano peligroso de Buonanotte que terminó afuera. Y entonces, cuando vio que su reto en el entretiempo no había surtido efecto, ya no soportó el tedio del partido y a los siete minutos del segundo tiempo, detonó. Lo cortó. Y se sacó.

Juntó a los 22 jugadores en el círculo central y entre fastidioso y disconforme, les tocó el orgullo. Con gestos (cabreadísimo, se pasaba la mano por la cara). Con reproches. Con un enojo mayúsculo que sorprendió a sus dirigidos. “Somos profesionales, ¡nos pagan para hacer esto!”, arrancó su monólogo ante el silencio del plantel, que siguió atento el discurso sentado en ronda (con los referentes en la primera fila). “¡Están desganados! Hay que trabajar con otra actitud. Al que no le gusta, viejo, que se vaya”, disparó el entrenador. Sus palabras, duras y frontales, cayeron como un cachetazo entre los futbolistas. Ese cortocircuito marcó el final de los trabajos en el predio de Ezeiza.

Al Negro poco le importo que su equipo esté invicto (empató con Tigre y le ganó a Huracán) y sin goles en contra en el Clausura. O al menos, no atenuó su estallido. Y como hizo cuando le puso los puntos a Buonanotte o echó a Ortega de River, ayer fue contundente con su pedido de cara al partido contra Independiente (un duelo clave en la lucha de promedios). En lugar de reflexionar en privado, optó por expurgar su descontento en vivo y en directo. Y terminada la extensa charla, ya no les dio tiempo a los jugadores para una reacción futbolística. Directamente, los mandó a elongar y luego, a las duchas... “Estaba caliente, muy caliente”, reconocieron desde el vestuario. “Cuando empezó el segundo tiempo estábamos muertos. Fue una práctica, no pasa nada, no dramaticemos”, sumaron desde el anonimato. ¿Cuál fue la postura de los jugadores ante el sermón? “Estábamos cansados por el doble turno del miércoles”, coincidieron algunas voces fuera de micrófono. En ese contexto, el plantel tendrá la oportunidad de cambiar la imagen en la práctica de esta tarde y aliviar la preocupación del entrenador.

Al Negro no le falta temperamento. En su momento, el propio Kaiser ilustró la suplencia de Ortega con un “si hace boludeces, con JJ no va a jugar”. Autodefinido apóstol de la disciplina, López pasó de soldado passarelliano a sargento. Al DT sólo le faltó gritar “jugadores, carrera march”.

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