jueves, 7 de abril de 2011

El equipo de Jota Jota es luchador pero muy leal: recibió apenas nueve amarillas y una roja. Es el más limpio del Clausura. Un ejemplo.


Este River de Jota Jota López no se ajusta al estilo histórico del club en varios aspectos futbolísticos, aunque hay un punto que sí encaja a la perfección en el molde tradicional del paladar negro millonario, porque es el equipo más limpio del torneo: está primero en la tabla del Fair Play, con apenas diez tarjetas en ocho fechas. “Somos un equipo fuerte, aguerrido, pero siempre sin mala intención, sin ir más fuerte que lo necesario. Es una línea que estamos siguiendo, porque las amonestaciones condicionan al equipo”, dice Alexis Ferrero, paradójicamente un defensor de pierna dura.

El dato más destacado es que River terminó sin recibir ninguna tarjeta en dos de los ocho partidos del torneo: ante Huracán y Vélez. Contra Argentinos tampoco hubo amarillas, aunque ese día a Ferrari se le salió la cadena (raro en él), le pegó un manotazo a Torrén y fue el único expulsado de River en el Clausura.

Un ejemplo de conducta es Erik Lamela, quien arrancó el torneo con cuatro amarillas y logró mantenerse sin ser amonestado. Claro que el 10 no ocupa una posición de mucho roce en la cancha, pero ya no protesta ni se tira sin sentido a los pies de los rivales como antes.

Está más que claro que a este equipo de Jota Jota no le sobra nada, y por eso el DT baja la línea de que todos se cuiden. River suele defenderse bastante, pero nunca de manera sucia: sólo comete las faltas habituales o necesarias para acomodarse en la cancha. En la tabla del juego limpio no tiene problemas: es puntero cómodo.

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