viernes, 22 de abril de 2011

Un Jota Jota pragmático reconoció que debe sumar puntos con un River más conservador que romántico


Admitió que con el sufri tiki, el equipo “no está para hacer un fútbol vistoso”.

Juan José López es uno de los tantos entrenadores que sueñan con que sus equipos alguna vez jueguen como el Barcelona de Guardiola. También uno de los que enseguida se bajan del limbo de esa deliciosa utopía y guardan ese deseo ficcionado en el cajón de las medias y la ropa interior. A él, como a tanto, le gana el pragmatismo que pone a la necesidad sobre el romanticismo. Aunque a veces, esa búsqueda de resultados suene como un coscorrón a la historia. “Uno siempre aspira a que su equipo juegue más cerca del Barcelona que del Real Madrid. Yo hice una comparación de que hoy nosotros estamos queriendo asemejarnos al Inter de Mourinho por la necesidad que tenemos de jugar bien cerrado, de jugar al catenaccio, como se decía antiguamente...”, afirmó Juan José López, aferrado al legado que dejó el DT argentino Helenio Herrera con el Inter multicampeón de los años 60 (y también al frente de Italia). En la actualidad, los sistemas de juego 2.0 son más flexibles. Y lo que antes se reflejaba en un 1-4-3-2, hoy se traduce en esquemas similares a los de Mourinho o el propio River de JJ.

Catenaccio, traducido al español, significa candado. Un cerrojo que, llevado al plano futbolístico, define un estilo hiperdefensivo de jugar. Una búsqueda conservadora, con las líneas reagrupadas en el fondo y férreas marcas personales en todos los rincones de la cancha. El ataque y el espectáculo, entonces, quedan excluidos de esta escuela futbolística a la que recurrió JJ para explicar el nuevo gen River. Y lo que en Italia nunca genera un dilema ético, en Núñez hoy tampoco invita a rasgarse las vestiduras.

“El fútbol es un espectáculo, más allá de que se hizo profesional 100%. A la gente le gusta venir a ver al equipo jugar bien y que gane. Pero nosotros no estamos para jugar un fútbol vistoso. Tenemos que tratar de hacer un fútbol serio y efectivo. Necesitamos sumar”, amplió su definición. Una definición ceñida a las limitaciones coyunturales: falta de figuras, urgencias en el promedio y austeridad económica. “Aunque nunca dije que había que sumar de cualquier manera”, matizó. “Encontramos la defensa, un bloque bien fuerte, y de ahí nos hicimos fuertes de atrás para adelante”.

A JJ nunca le interesó componer una oda a la belleza. Sencillamente, porque entendió de entrada que su equipo no iba a enaltecer la estética y la ofensiva. Como ayer, su discurso fue crudo y sincero. Frontal, aunque pudieran generar alguna antipatía. “No es fácil jugar acá, no hay espacios. Quizás al espectador o al periodismo que peina canas no les gusta este fútbol, pero la realidad es ésta”, admitió, como una verdad sin catenaccio.

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