viernes, 15 de abril de 2011

Maidana, Ferrero y Román, los lugartenientes de Carrizo, disfrutan del momento pero no se mueven de un objetivo: defender y sumar.


Con ellos, River terminó cinco veces con el arco en cero, es puntero y uno de los menos vencidos del torneo.

N o tiren... de la cadena.

Una defensa en cadena a menudo se nutre de una cadena de favores. Y este River se protege por una cadena de mandos que empieza en las atajadas clave de Juan Pablo Carrizo, se prolonga en dos laterales volantes (Ferrari y Díaz) y en un doble cinco de juego y fricción (Acevedo y Almeyda). Pero el blindaje del equipo de Juan José López tiene su raíz en el trío del fondo: Jonatan Maidana, Alexis Ferrero y Adalberto Román. Un tándem que se consolidó este año tras la decisión del DT de mantener una defensa de sólo tres piezas. Llueva o truene. Gane o pierda. Así llegó River a disfrutar de las mieles de ser el segundo equipo con menos goles en contra en el Clausura 2011: recibió apenas cuatro en nueve partidos, sólo un tanto más que Argentinos. Que no se corte... La cadena, claro.

Maidana, Ferrero y Román son el mecanismo natural por el que River protege su organismo de agresiones externas. Son la defensa inmunológica que eligió Jota Jota para llevar adelante la apuesta por el sufri tiki. Es decir, la vigilancia constante como punto de partida. El conocimiento de las propias limitaciones. El fortalecimiento en las trincheras antes que el cuerpo a cuerpo a campo abierto. Equilibrio. Precaución. Y luego, el juego que se pueda. Para el manual del Negro López, la mejor defensa es... una buena defensa. Y por esa razón se la jugó por tres bravos gladiadores tallados por la dureza. Y una red de protección prolongada en la mitad de la cancha, y sobre todo, en la silueta de un JP que viene siendo figura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario