Escenario apocalíptico en River, tras la certificación de que River jugará la Promoción. Los dirigentes, que desde hace casi un mes le vienen pidiendo a Daniel Passarella por la salida de Juan José López de la dirección técnica, están más decididos que nunca por el cese inmediato del técnico. No quieren que dirija al equipo en la Promoción. La idea del 90 por ciento de la directiva es que sea el propio Passarella quien cambie el sillón presidencial por el banco en estos dos encuentros.
Antes, con un par de partidos más encima, tal vez el margen para encontrar un entrenador era mayor. Hoy los dirigentes, al plantearse quién debería debería ser el sucesor de Jota Jota, piensan en el Káiser retomando su antigua función o en un triunvirato más abierto entre JJ López, Pitarch y Passarella, pero ya sin el Negro como la cabeza principal del cuerpo técnico.
Passarella sigue siendo quien sostiene a Jota Jota en el cargo. Y el Negro no piensa en renunciar de ninguna manera. Y pensar en el presidente como técnico, más allá de poder ser una solución, suena a gran desprolijidad.
Mientras los dirigentes piensan un camino o solución para arreglar este infierno, algunos jugadores quedaron golpeados, como era de esperar. Almeyda fue quien quedó destruido. El Pelado se metió en el vestuario y no pudo contener un llanto desesperado. Su familia ingresó para confortarlo y terminó abrazado a ellos descargando más lágrimas.
Pensando en el futuro inmediato, es imposible que Almeyda llegue en condiciones físicas al partido del miércoles. Pero, ¿acaso alguien se imagina a este equipo sin el capitán entre los once? Pensando en el futuro del próximo semestre, la idea de Almeyda hoy por hoy, abatido anímicamente y ahogado por la angustia, sería no continuar jugando. Pero los que lo conocen creen que, si este mal trago pasa, recapacitará y extenderá su vida en las canchas.
F MuyRiver
No hay comentarios:
Publicar un comentario