jueves, 17 de marzo de 2011
Chichizola respeta y hasta comparte la decisión de que vuelva JP. “Ya estaba más que hablado”, explicó.
Ni el arco más grande del mundo tiene espacio para dos. Y menos si uno de ellos demuestra a cada rato que su espalda va de un banderín del córner al otro. Juan Pablo Carrizo habla como ataja, dueño de una personalidad que asusta. JP vuelve. Pero Chichizola no vuela.
No. No vuela de la titularidad simplemente por aquel macanón del que el lunes hablaron todos los porteros, ya sean colegas o los que baldean las veredas. Tampoco vuela de bronca por no tener una revancha inmediata. “Claro que me hubiese gustado, pero era algo que ya estaba más que hablado. Juan Pablo salió por una lesión y yo sabía que él regresaría cuando se sintiera en condiciones. El arco es de Carrizo”, subrayó desde la cordura y el respeto este arquerito que en diez días cumplirá recién 21 años.
Aun antes de este postgrado en Primera, Chichi creció bajo la sombra de Carrizo. “Me gusta que me comparen con él”, fue su primera confesión, luego de que Pipo Gorosito lo hiciera debutar en un amistoso de pretemporada. Ahora, en el momento más complicado de su incipiente carrera, es su propio ídolo quien lo banca y admite que hay detalles que los unen. Uno de ellos, claro, debe ser la manera de afrontar las equivocaciones. Chichizola no quiso esconderse en el banco de suplentes, habló en ESPN Radio en Rivadavia y hasta él solito catalogó de “blooper” su insólita pifia. Por si acaso, también aclaró, a lo Carrizo: “No soy de bajonearme por un error sino que trato de mejorar y ser cada día un arquero más completo. Igual, sé que éste fue grosero porque justo apareció Silva para empujarla”.
A pesar de asumir sus culpas, Chichi nunca estuvo solo. De inmediato recibió el apoyo de los hinchas en el Monumental, la arenga de Almeyda al finalizar el primer tiempo y la dedicatoria de Pavone tras el transitorio 1-1. “En el vestuario todos me bancaron, desde el Pelado hasta Lanzini, y por eso hay que sacarse el sombrero por el grupo de personas que tiene este plantel”. Luego llegarían los mimos del Pato Fillol. “Me dijo que es normal, que él también se comió goles al principio de su carrera y que lo mejor era dar vuelta la página. Si hubiese salido mal en un centro, seguramente se habría preocupado más”, contó el guante santafesino.
Chichizola estuvo 395 minutos invicto. El domingo, justamente, batió el récord de imbatibilidad en el inicio de un torneo, aunque el dato quedó en un quinto plano por aquel plop que encontró más repercusión que sus anteriores tapadas. “Fue un error anormal que opaca un poco mi rendimiento general. Trato de no hacer hincapié en eso y sacar lo positivo para que me sirva de experiencia”.
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