martes, 1 de marzo de 2011
JM Díaz pasó de colgado por Cappa a polifuncional con Jota Jota. Las razones de esta transformación.
Llamame directo que a mí no me llama nadie”, se sonrió Juan Manuel Díaz cuando Olé le pidió una nota antes del inicio del torneo. El gesto lo pinta de cuerpo entero: el uruguayo se muestra así de simple desde el primer día que empezó a recorrer los pasillos del Monumental. Y eso que pasó de colgado a ser una de las figuras de este River puntero.
Lleva poco más de un año en Núñez y le han tocado vivir diversas situaciones. Fue el segundo refuerzo que contrató Passarella. Llegó con Astrada como entrenador y tuvo que adaptarse a las exigencias del controvertido escenario riverplatense. El Jefe lo utilizaba como marcador de punta por la izquierda, su posición natural, pero no logró destacarse. El arribo de Angel Cappa lo dejó del otro lado de la raya de cal. Según el gusto del entrenador, Díaz no era un buen intérprete para el tiki tiki. Le trajo a Carlos Arano y lo relegó tanto que debía jugar en la Reserva para no perder el ritmo. La continuidad del uruguayo estaba en duda. Los malos resultados volaron a Cappa y en el interinato de Jota Jota, Díaz tuvo que remarla. La pretemporada le vino perfecta ya que se puso a punto y lo fue convenciendo al Negro López. Se ajustó al sistema de juego que pretende el DT: el 3-4-2-1. Contra Tigre fue el lateral volante por la izquierda y cumplió sin pasar tanto al ataque. Ante Huracán se ubicó como stopper por la izquierda para cubrir la ausencia de Maidana (pasó Román a la derecha). Y contra Independiente volvió al medio, se proyectó como nunca, marcó y dio tres pases de gol. Fue un intérpete perfecto de Jota Jota y será muy difícil que el técnico lo saque ante Argentinos porque le da orden, salida y, pruebas a la vista, juego.
Definitivamente, es el chiche nuevo del técnico.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario