lunes, 7 de marzo de 2011

Pavone recibió más de frente que en los tres partidos anteriores, pero no pudo aprovecharlo.


Ni chicha ni limonada. Mariano Pavone estuvo más solo que nunca. Ni de frente ni de espaldas el Tanque logró desequilibrar a los defensores rivales. Por primera vez en lo que va del campeonato, el único delantero de Jota Jota recibió más pelotas de frente que de espaldas. Fueron 14 de frente y siete de espaldas al arco. Sin embargo, no pudo sacar provecho de las bolas que le llegaron. Siempre quedaba desacomodado. Estuvo casi desconectado del funcionamiento colectivo del equipo. Lejos quedó aquella función de asistidor que adoptó en la victoria contra Huracán en el Monumental y más, la de héroe goleador del domingo anterior en Avellaneda. Es cierto que con la expulsión de Ferrari, el quipo perdió en la salida por la derecha, igual en 37 minutos, el Loncho sólo se había proyectado dos veces en ataque.

Quizás, Pavone empezó a sentir el desgaste físico que viene sufriendo por la soledad en el ataque. Es más, el Tanque no pudo participar de la práctica de fútbol del jueves por una molestia en el gemelo derecho. Prefirieron preservarlo. El mismo reconoció que termina muy cansado. Encima, sin Ferrari, ni Lanzini ni Lamela lograron asociarse o acercarse. Y al entrar Bordagaray y Buonanotte ya se sentía el trajín del partido... Una tarde de espaldas total.

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