martes, 15 de marzo de 2011

Juan Pablo atajó en un reducido, se mostró intacto y su equipo venció al que tuvo a Chichizola como volante.


Y aunque Jota Jota no lo definió, hay ventaja para Carri.

Con el diario del lunes, se insiste contagiosamente desde la patria futbolera, habla cualquiera. ¿Y con el del martes? Con el del martes, también. De hecho, es posible escribir esta crónica con la lógica del resultado: porque ayer hubo un partido de fútbol en espacios reducidos en el Monumental, porque el dilema del arco pareció haberse inclinado hacia el lado de la experiencia y porque, en esencia, Carrizo le ganó a Chichizola. Fue 17 a 8. ¿Partido liquidado? Lo concreto es que las imágenes que se montaron en la primera práctica de la semana pueden terminar valiendo más que que mil especulaciones. A ver: JP se puso los guantes para el picado; Chichi se los sacó. JP atajó como si aún tuviera que demostrar que se llama Carrizo; Chichi jugó de volante tapón como si horas antes no hubiera sufrido lo que tocó padecer a un tal Chichizola. JP se mostró entero, confiado, activo, con ganas de regresar al arco ante Arsenal; Chichi, también.

Pero, contrastes mediantes, aún resulta imposible clausurar la incertidumbre en torno al arco. Tan cierto como que hay dos arqueros para un mismo arco es que el DT confía en ambas opciones. A Carrizo le ha dado desde su asunción fueros de líder. Y con Chichizola elaboró una de las apuestas más arriesgadas. En uno y en otro descansa su confianza. Este dilema surge justamente como hermano de la abundancia y no como hijo de la escasez, sabiendo que hace tiempo a River no le sobra ni un cospel. Ahora bien, la decisión llega en el más inoportuno de los momentos. Hubiera sido difícil pensar en sacar a un invicto Chichizola. ¿Pero es más sencillo hacerlo tras los hechos del fin de semana? ¿Pesará el error de uno? ¿Influirá la ansiedad de volver del otro? Cualquiera sea la respuesta en la visita a Sarandí, Carrizo y Chichizola parecen estar más allá de la discusión. Si el fútbol suele funcionar a veces con combustible de la morbosidad, ayer en la práctica hubo nafta premium. Apenas se abrieron las puertas del Monumental para la prensa, a las 17.57, los cuatro arqueros empezaban a hacer un trabajo con el Pato Fillol. ¿Cómo se formaron las parejas? Carrizo-Chichizola por un lado y Vega-Marinelli por el otro. Con buena onda, sonrisas, mucho vamo’-vamo’, se pelotearon, tocaron de primera y ensayaron saques del arco.

Al rato llegaría el picadito, las pecheras rojas para Chichi, el arco del equipo blanco para JP, los goles por un lado, las atajadas por el otro. Los equipos: Carrizo, Abecasis, Cirigliano, Vega, Affranchino, Bou, Buonanotte y Caruso; Marinelli, Ferrari, Arano, Chichizola, Ballón, Lamela, Bordagaray y Funes Mori. Chichi hizo lo que pudo. JP, lo que sabe: una volada increíble a mano cambiada a Lamela, un achique con la cabeza a Ferrari, un par de intimidaciones al Melli hasta que éste le abrió el arco al enésimo intento... En fin, el Carrizo previo a la lesión del tobillo.

En fin, con el diario del martes es difícil estar en la piel de JJ López. Pero sí es fácil teniendo a dos tipos a los que el arco de River no se les agranda. Ni por un error ni por un 17 a 8.

No hay comentarios:

Publicar un comentario