viernes, 4 de marzo de 2011
El técnico se fue feliz después de una práctica sin cortes, con cuatro goles y muchas llegadas del equipo titular.
Primer mandamiento: mantener el cero en el arco propio. Segundo mandamiento: no desordenarse ni perder la concentración. Tercer mandamiento: dominar la pelota y tener movilidad. Cuarto mandamiento: crear situaciones de gol. Quinto mandamiento: ser efectivos.
Juan José López no los talló en ninguna piedra ni tuvo un Moisés que los pregonara. El mismo es quien se encarga de repetirlos para que sus muchachos los cumplan. Y una semana después de que hicieran todo lo contrario y suspendiera la práctica mucho antes del final, el técnico se fue totalmente satisfecho con lo que le entregaron sus hombres, cumpliéndolos al pie de la letra. Fue una hora de fútbol dinámico, con mucho ritmo, velocidad, llegadas al arco contrario y cuatro goles para cerrar una tarde ideal. La del fútbol que le gusta a Jota Jota.
Enfrente, como cada jueves desde que arrancó este campeonato (y, sí, las cábalas también son parte de los mandamientos) estuvieron los chicos de la Quinta, que poca resistencia pudieron ofrecer a partir del golazo de Ferrari, el primero, con un zapatazo desde 35 metros. El 1-0 abrió la cancha, aparecieron los espacios y el equipo comenzó a explotar su fútbol a espaldas de los volantes rivales. A diferencia de lo que se vio en Avellaneda, esta vez River generó por el centro del campo y al ras del piso, y no con tantos desbordes por las bandas y centros al área. La presencia de Caruso en lugar de Pavone, ausente por un traumatismo en el gemelo derecho (ver Precavido...
), colaboró a que Lamela y Buonanotte (reemplazó a Lanzini, quien se quedó afuera por una sinovitis en la cadera) tuvieran un pivot con mayor predisposición al toque bajo. Así, con jugadas colectivas, llegaron los goles de Caruso y de Lamela. Antes, repitiendo la fórmula del triunfo superclásico, Maidana había cabeceado un centro que tiró Coco y convirtió de cabeza.
Con mucha elaboración, movilidad y pase entre líneas, los titulares tuvieron incluso más situaciones para ampliar la goleada. Fueron cuatro nomás, que valen tanto como el cero que se repite en el arco de Chichizola. Eso también es parte del fútbol que le gusta a Jota Jota.
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